Entendiendo a los medicamentos psiquiátricos
Existen varias familias de medicamentos utilizadas en Psiquiatría.
Normalmente un medicamento (psiquiátrico o no) es clasificado de acuerdo con EL PRIMER USO QUE SE LE DIO, o su uso más común, sin embargo, un mismo fármaco puede tener diversas utilidades.
Un ejemplo tangible a todos es el de la Aspirina (ácido acetil salicílico), el cual es usado en dosis distintas para quitar el dolor (analgésico), para disminuir la hinchazón (anti-inflamatorio), mejorar la circulación (antiagregante plaquetario)…
De esta forma se utilizan los medicamentos en psiquiatría, de forma que un mismo fármaco se puede utilizar en distintos padecimientos, y en la misma persona con diferentes finalidades.
Tomemos un ejemplo, la Quetiapina (nombres comerciales Seroquel©, TIM-ASF©, Q-MIND©).
La Quetiapina a dosis bajas (50mg) es un buen medicamento para ayudar a conciliar el sueño.
A dosis un poco mayores (100-300mg) ayuda a controlar síntomas ansiosos.
A dosis de 300mg resulta un buen antidepresivo (contando ya con aprobación por la Food and Drug Administration para el tratamiento de la depresión tanto uni como bipolar).
A partir de los 600mg controla síntomas psicóticos (alucinaciones, ideas delirantes…).
Como verán, dos personas pueden tomar Quetiapina y no tener ni cerca el mismo padecimiento.
Otro punto importante es saber que los EFECTOS ADVERSOS, que resultan muchas veces indeseables y que NO SON lo que el psiquiatra busca, pueden de pronto volverse nuestros aliados: quizás tengo insomnio marcado como parte de mi depresión, de forma que un antidepresivo sedante como la Mirtazapina (nombres comerciales Zapex©, Comenter©, Remeron©) puede de pronto “matar dos pájaros de un tiro” y hacerme sentir mucho mejor.