Trastorno Límite de la Personalidad
El trastorno límite de la personalidad (TLP) o también conocido como ”Borderline” se define como un patrón duradero de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen e impulsividad intensa.
Antiguamente se empleaba el término “límite” para referirse a aquellos trastornos que cuyo diagnóstico no era seguro y en el cual los síntomas oscilaban entre neuróticos y psicóticos. Se daba el término “límite” pues se creía que los pacientes estaban en el límite entre la neurosis y la psicosis.
Actualmente, el trastorno límite de la personalidad (TLP) o también conocido como “Borderline” se define como un patrón duradero de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen e impulsividad intensa.
Es importante señalar que los trastornos de personalidad se caracterizan por patrones rígidos y persistentes de la conducta y de la percepción del entorno, lo cual llega a impedir el funcionamiento adecuado de la persona en ciertas áreas y causar malestar a quienes le rodean.
El TLP se presenta en 2% de la población general, con una incidencia de edad de 19 a 34 años. Se diagnostica de manera predominante en mujeres y está presente en todas las culturas del mundo.
Existen factores genéticos que se asocian a la presencia de TLP, como es el caso de la heredabilidad, la cual es del 47%, es decir, es 5 veces más frecuente en los familiares de primer grado que en la población general. También se ha asociado con el gen transportador de serotonina, entre otros.
En cuanto a los factores socioculturales, la teoría biosocial nos describe el “ambiente invalidante” como circunstancia ambiental que influye en la regulación de emociones. Esto quiere decir que la persona con TLP durante su infancia se desarrolla en un ambiente donde se responde con una tendencia errática, e insensible a sus experiencias privadas (pensamientos, emociones y creencias), lo cual podría conducirlo posteriormente a una sensibilidad al rechazo.
También es común, que las personas con TLP hayan padecido (en la infancia o adolescencia) de abuso físico, sexual o psicológico, duelos o pérdidas importantes de seres queridos.
Los pacientes con TLP se caracterizan por presentar dificultades para la regulación emocional: suele serles difícil modular y lidiar con las emociones producidas por múltiples situaciones del día a día, en especial las producidas en interacciones sociales, percibiendo y siendo particularmente sensibles al rechazo (real o imaginado). También es frecuente que tengan distorsiones de la imagen corporal, lo cual las lleva también a emociones intensas. Estas emociones son de tal magnitud que les resulta difícil manejarlas y esto los lleva a actuar de manera impulsiva o errática ante dichos estresores.
El TLP pertenece al grupo B de trastornos de la personalidad descritos en el DMS-V, - MYN el cual enlista 9 criterios de los cuales deben cumplirse al menos 5 para poder establecer el diagnóstico.
- Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado. (Nota: no incluye el comportamiento descrito en el criterio 5).
- Patrones de relaciones interpersonales inestables e intensas, que alternan entre la idealización y la devaluación.
- Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y el sentido del yo.
- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (como gastos, sexo, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios). Nota: no incluye comportamiento suicida descrito en el criterio 5.
- Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio o de automutilación.
- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (por ejemplo, episodios intensos de disforia, irritabilidad, o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más de unos días).
- Sensación crónica de vacío.
- Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (por ejemplo, exhibición frecuente de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
- Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.
El TLP suele estar asociado frecuentemente con otros trastornos psiquiátricos como trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos asociados al uso/abuso de sustancias y trastorno de estrés postraumático, entonces podríamos decir que pueden coexistir diferentes trastornos con el TLP siempre y cuando cumplan con los criterios diagnósticos; sin embargo, es necesario conocer el diagnóstico diferencial ya que el tratamiento difiere en cada uno de ellos y el TLP.
El diagnóstico diferencial suele hacerse con trastornos depresivos, trastorno bipolar, cambio de la personalidad debido a otra afección médica, trastorno por consumo de sustancias, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), y otros trastornos de la personalidad.
A diferencia de otras patologías, el tratamiento psicológico es el principal componente terapéutico en el TLP, pueden requerirse el tratamiento farmacológico como coadyuvante y principalmente para disminuir algunos síntomas específicos como impulsividad, o aquellos donde se pierde el juicio de la realidad.
Terapia dialéctica conductual (TDC). - Presenta mayor evidencia científica para el tratamiento del TLP, consiste en un entrenamiento de habilidades que se agrupan en 4 módulos distintos: 1. Atención plena; 2. Regulación emocional; 3. Tolerancia al malestar; 4. Efectividad interpersonal. Este tipo de terapia consta con 32 sesiones (8 por cada módulo) y su objetivo es que el paciente aprenda a regular sus emociones, así como desarrollar herramientas para sus relaciones interpersonales.
Este modelo de tratamiento puede durar aproximadamente 9 meses, y posteriormente se puede pasar a la aplicación de otras técnicas psicoterapéuticas como la terapia de aceptación y compromiso o la psicoterapia analítica funcional.